Nuevo Gobierno provisional

Ya hay nuevo gobierno en Catalunya, lo que no va a evitar la sensación de provisionalidad que ofrecen a los ciudadanos los gobernantes catalanes desde que en enero el presidente del Gobierno y los líderes de CiU sellarán los aspectos sustanciales de la reforma del estatuto.
Desde entonces ERC está en fuera de juego y su salida del Gobierno catalán no es más que la coda final de esa posición marginal que sus dirigentes han escogido para sí, incapaces de superar la foto Mas-Durán-Zapatero. Maragall tampoco ha sido capaz de dar estabilidad a su Gobierno ni tampoco de vender un mínimo de su gestión.
ERC no ha llegado a cuajar como partido de Gobierno y corre el riesgo de no serlo nunca después de la falta de claridad y de seguridad que ha transmitido en todas sus iniciativas y declaraciones desde que se produjo el pacto estatutario entre Zapatero y CIU.
Será precisamente este acuerdo de enero el que hará posible que los catalanes aprueben con un amplio respaldo el estatuto en el referendo del próximo 18 de junio. A partir del entonces, el Gobierno de la Generalitat será cosa de ambos partidos y en esa batalla tiene ya más camino ganado como candidato Artur Mas que Pascual Maragall.
Difícil papeleta le espera al PSOE para relevarle; si no lo hacen de manera elegante y sosegada le dejarán el camino expedito a CiU en las elecciones del próximo otoño.