Un debate necesario

Del debate territorial que ha concluido hoy en el Senado pueden extraerse algunas conclusiones valiosas desde mi punto de vista.
En primer lugar que se trata de un debate necesario porque da voz a las comunidades autónomas en un escenario donde sólo la tenían en teoría, porque en la práctica se les ha negado la oportunidad de participar en las dos últimas legislaturas.


En segundo lugar, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se ha revelado como el repuesto para Mariano Rajoy, que a partir de ahora tendrá otro aliento en la nuca que añadir a los ya conocidos de Aznar, Acebes y Zaplana. La mano dura debería aplicarla Rajoy primero internamente si no quiere que otros le impongan criterios que no comparte plenamente.


En tercero, que el presidente de Cataluña, Pascual Maragall, ha estado todo el debate fuera de juego, por lo que no se le podrá echar en cara haber contribuido a alimentar con más estopa la estrategia del PP de centrar el debate en el monotema del estatuto catalán.


En cuarto, que la pataleta del lehendakari vasco Juan José Ibarretxe negándose a acudir al Senado estos días es un error político que le va a restar credibilidad cuando presente una propuesta de reforma estatutaria alternativa a su fracasado plan.


Y por último, ha sido una experiencia democrática de primer nivel del que todos deberían sentirse satisfechos aunque sólo sea por el realce del estado autonómico que el debate ha supuesto durante estos tres días.