La inmigración pasa factura al Gobierno

El sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de octubre de 2005 viene a reflejar que el partido en el Gobierno está perdiendo apoyo de los ciudadanos con respecto al que obtuvo en las elecciones generales. También es cierto que sigue siendo el partido que obtendría mayor número de votos según las estimaciones del CIS, que lo colocan a muy corta distancia por delante del Partido Popular.

Es un desgaste que desde mi punto de vista puede achacarse a dos dos causas: en primer lugar a los sucesos ocurridos en las fronteras de Ceuta y Melilla en la segunda quincena de septiembre, con el asalto continuo de cientos de inmigrantes a las vallas fronterizas y la posterior polémica nacional e internacional por manera con enfrentar el problema, con disparos y deportaciones al desierto por parte del Gobierno marroquí ante la pasiva mirada del Gobierno español y sus homólogos europeos. De hecho, el propio sondeo del CIS señala como segunda preocupación de los españoles la inmigración, por delante del terrorismo, que pasa a ser la tercera preocupación de los españoles.

La otra razón sería -y de los datos del sondeo se puede extraer esta interpretación- que la situación económica personal de los ciudadanos no es precisamente muy boyante: Han dicho que el primer problema del país sigue siendo el paro, que los problemas de índole económica son importantes (se sitúan en cuarto lugar) y que la vivienda es motivo principal de preocupación (la sitúan en quinto lugar).

Si en el primer caso el Gobierno está dando pasos que pueden mejorar sustancialmente el modo en el que se está produciendo el fenómeno de la inmigración, con la iniciativa de otorgar a nuestro vecino del sur un estatuto de asociación reforzada con la Unión Europea, en el segundo se echa de menos una acción más decidida por parte del Gobierno para solucionar unas cuestiones, la calidad y cantidad del empleo y el acceso a la vivienda, que son básicas en la vida de la mayoría de los españoles.