El junco

Mis puntos de vista

25 septiembre 2005

Ninguna voluntad de paz

La colocación este sábado de una furgoneta cargada de dinamita en un polígono industrial de Avila es la demostración más clara de que la banda terrorista ETA no tiene ninguna intención de abandonar el terrorismo como forma de presión política sobre las autoridades y partidos legítimamente elegidos por los ciudadanos.

La primera
hipótesis que manejan los investigadores es que el objetivo de este coche bomba sería extorsionar a la empresa de transportes La Guipuzcoana dentro de su campaña de extorsión para cobrar el mal llamado impuesto revolucionario, lo que revela la intención de la banda criminal de obtener recursos económicos para seguir con sus actividades ilícitas en el futuro.

No se pueden descartar otras lecturas infames que hayan pretendido los terroristas por el hecho de que la provincia abulense acoja a la academia de la Policía Nacional.


Sordos sus dirigentes, como siempre, Eta no sólo revienta un coche con este nuevo atentado, sino también las esperanzas de la mayoría de los ciudadanos españoles y vascos de que se pudiera abrir un proceso de paz.


De lo que no cabe duda es que, tarde o temprano, Eta sólo será el peor recuerdo en la historia de este país y la paz será el único estado posible para la convivencia de todos.