El junco

Mis puntos de vista

29 marzo 2005

Una deuda con las víctimas

Las únicas víctimas que aún no han sido reconocidas como tales en este país son los hombres y mujeres que permanecieron leales a la Constitución republicana de 1931 y las víctimas de la dictadura franquista. Muchos pagaron esta lealtad con sus vidas, con la cárcel, con la separación de sus hijos y seres queridos, o con la más abominable esclavitud como la que padecieron los 12.000 hombres que levantaron el Valle de los Caídos para construir un monumento que hoy en día es un escarnio para la memoria de todos ellos, además de mausoleo del último dictador de España y del fundador de Falange.
La Asociación Para la Recuperación de la Memoria Histórica y algunos partidos políticos han puesto pie en pared y han dado el paso adelante necesario para saldar esta deuda destapando las fosas comunes de los fusilados y organizando unos sepelios dignos, fomentando la investigación para conocer el paradero de los desaparecidos, (aquí en Cádiz, por ejemplo, el último presidente de la Diputación provincial, Francisco Cossi Ochoa) y proporcionando a las familias al menos el último consuelo de saber, en los casos en los que ha sido posible, qué fue de sus seres queridos. En esta tarea está también la comisión interministerial creada por el Gobierno el pasado octubre.
En estas, Iniciativa por Cataluña Els Verds (ICV) plantea convertir el Valle de los Caídos en un “centro de interpretación del franquismo” (yo creo que el franquismo ya lo interpretan los historiadores) y que los restos mortales del dictador Francisco Franco y del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, sean trasladados al lugar que decidan sus familias (propuesta ya hecha por Iñaki Anasagasti (Partido Nacionalista Vasco (PNV) en noviembre, propuesta que al fin y al cabo no está mal).
¿Y qué hacemos con el monumento? ¿Conservarlo como los campos de concentración del nazismo para recordar el horror de lo que nunca debe volver a suceder? ¿Reconvertirlo en monumento a las víctimas republicanas, las únicas relegadas hasta ahora al olvido institucional? ¿Derribarlo? Trasladarlo a un garaje como una estatua ecuestre del generalísimo está claro que no es viable , aunque es la opción que creo que nos gustaría a la mayoría, para perderlo de vista.
Difícil papeleta tiene el Gobierno con este asunto. Lo que está claro es que, una vez planteada la retirada y desaparición de una vez por todas de nuestras calles y plazas de los símbolos franquistas, el Valle de los Caídos debe desaparecer como tal.