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Artículo 20. 1. Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica. c) A la libertad de cátedra. d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades. 2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa. 3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España. 4. Estas libertades tienen su limite en el respeto a los derechos reconocidos en este Titulo, en los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia. 5. Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.
2 Comments:
Este artículo es tan importante, tan definitivo para cimentar la democracia y el Estado de Derecho, que forma parte de aquellos que gozan de una protección cualificada por parte de los poderes públicos. Lo que es una pena es que el tenor literal de la Constitución no aluda al derecho de información de "calidad". Y es que en nuestro país se puede decir que disfrutamos de un alto nivel de información, aunque la calidad de la misma no puede considerarse en algún momento como de alta.
Por dos razones que personalmente me preocupan. La primera es la galopante concentración de medios. Es frecuente encontrar un medio de comunicación que, tras una mínima investigación, es adscrito a cualquiera de los pocos grupos gigantescos que dominan la comunicación de masas y que imponen un perfil uniforme a todo lo que emiten. Aquí es donde los blog e Internet deben contrapesar este peligroso mecanismo.
La segunda razón es que en general el periodista español no es intelectual. Uno espera que el profesional utilice correctamente el lenguaje, que invite a la reflexión, que suba el nivel, en definitiva, pero sus expectativas suelen verse decepcionadas; y ello se comprende muchas veces tras ser testigo del comportamiento espontáneo de ciertos profesionales. No hace mucho un periodista no identificado de la Cadena SER habló conmigo para solicitar un servicio del Organismo Público en el que trabajo. Su francachela y su cháchara trufada de "Hostias", "Joder" y "No me jodas" me acongojaron, y después me hicieron plantearme quién está detrás de la firma las noticias. En fin, uno desearía encontrarse algo más respetable...
Juanjo Bla.
El poeta ruso Yevgueni Yevtushenko decía sobre su país que "tenemos libertad de prensa, lo que nos ha servido para saber que mucha gente no tiene nada que decir".
Aquí, que también somos más o menos novatos en esto de la libertad de prensa, parece que lo hemos descubierto un poco más tarde.
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